jueves, 30 de septiembre de 2010

El fenómeno Ángel Labruna

El pasado Martes 28 de Septiembre, como es costumbre, se celebró el Día Internacional del Hincha de River Plate. Desde el año 2003 que los hinchas de River tienen su propio día en el cual se sienten más identificados que nunca con su club; coincidiendo la fecha con la del nacimiento de Ángel Labruna, uno de los máximos ídolos o quizás el máximo de la institución de Nuñez.
Labruna fue un tipo distinto. A cualquier abuelo que le preguntes, todos te van a decir lo mismo. Distinto por su forma de jugar, distinto por sus éxitos, logros y distinciones; y distinto por su forma de ser. Su forma de jugar lo llevó a ser muy respetado dentro de la cancha, como afuera también. Su forma de jugar lo llevó a convertir 293 goles. Sus 293 goles lo llevó a ser el máximo goleador de la historia del fútbol argentino, junto con el paraguayo Arsenio Erico, con pasado en Independiente de Avellaneda. De esos 293 tantos, 16 fueron seguramente los que más gritó. Dieciséis goles le convirtió en diversas ocasiones al archirrival Boca Juniors, convirtiéndose en el máximo artillero de los Super Clásicos. Ángel Labruna es de esos tipos que no necesitó más que astucia y rapidez para ser el jugador que fue, sólo medía 1,72 metros de altura. ¡Ay Angelito querido!...
Don Ángel debutó un 18 de Junio de 1939 y defendió a la banda roja durante 20 años de manera ininterrumpida. Logró casi un promedio de un título cada dos años tras conseguir el Campeonato argentino en 1941, 1942, 1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957. En 1943 y 1945 resultó goleador con 23 y 25 tantos respectivamente. Luego de 515 partidos encima, de los cuales seguramente 18 son los más recordados y emocionantes, llegó el momento de partir. Angelito fue uno de los integrantes de aquella célebre delantera del conjunto millonario conocida como La Máquina. ¡Sí!, es esa misma delantera que estás pensando, esa que sale de memoria: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Esos 5 jugadores jugaron 18 partidos juntos, por eso habrán sido los más inolvidables para el viejo e inoxidable hincha de River. Tras haber dejado su huella, una enorme y grandísima huella en River, luego jugó para Rampla Juniors de Montevideo y Rangers de Talca de Chile (ambos en 1960), y Platense (1961). Decidió retirarse a los 43 años. En cuanto a la Selección Argentina, jugó 36 partidos y marcó 17 goles. Alzó dos Copas América en 1946 (sede Argentina) y 1955 (sede Chile), y sus últimas actuaciones fueron en el Mundial de Suecia en 1958 teniendo 40 años. Su carrera como futbolista termina ahí pero rápidamente, gracias a Dios o a la suerte, siguió ligado al fútbol tras empezar a desempeñarse como director técnico. Su primer logro lo consiguió en 1967 tras coronar campeón de la Primera División B a Defensores de Belgrano, aunque dicho club no consiguió el ascenso ya que ese mismo año se disputó un Reclasificatorio con equipos de la A, que permitió los ascensos de Tigre y de Los Andes. Este campeonato obtenido en Defensores de Belgrano lo logró mientras dirigía Platense, dato curioso. Al equipo de Vicente López lo llevó a las semifinales de un torneo Metropolitano. También se sentó en el banco de Racing Club, Lanús, Chacarita Juniors, Argentinos Juniors, Talleres de Córdoba y Rosario Central. A este último club logró coronarlo campeón del Torneo Nacional de 1971, dándole al equipo rosarino su primer título en Primera División. Todo ese temperamento, sabiduría y pasta lo transmite a Buenos Aires cuando es contratado para dirigir a River. El club de Nuñez pasaba por el momento más oscuro de su historia: los años pasaban, campeonato tras campeonato, River no los conseguía. Decisiones dudosas de los árbitros en ese momento, torneos perdidos por diferencia de gol y otros perdidos en las últimas fechas llevaron a River a estar 18 años sin gritar campeón. Finalmente, el ángel del gol llegó a River como un salvador y se recibió como tal. Ese año consiguió con River el Torneo Metropolitano y logró cortar la sequía de 18 años sin festejos. Logró otros Metropolitanos en los años 1977, 1979 y 1980, y también logró el Torneo Nacional en los años 1975 y 1979.
Angelito quedó en la memoria de muchos al igual que aquel acto mítico que hacía cuando entraba al Monumental. Cuando el equipo ingresaba al terreno de juego, le tiraban una pelota larga, él la corría y esta terminaba en la red. La gente enloquecía y festejaba esos disparos al arco como si fuesen goles oficiales convertidos durante el partido. Lo que pasa es que la gente ya sabía lo que iba a pasar, la gente predecía que eso iba a ocurrir en el partido.
Angelito… Subime a tu historia, llévame en tu vuelo.
Angelito… Mostrame esa gloria que cuenta mi abuelo.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Clásicos devaluados: Ferro-Vélez

Esta sección se abre para tratar de revivir cuales son los clásicos del fútbol argentino que hace tiempo que ya no se juegan en Primera o directamente que ni siquiera se juegan en otra categoría menor debido a que los clubes que lo disputan militan en diferentes divisiones.
Empecemos con el Clásico del Oeste que enfrentaba a Ferro Carril Oeste y a Vélez Sarsfield. El mote de clásico se le adjudicó a este partido debido a la cercanía geográfica que tienen ambas instituciones. El primer enfrentamiento entre ambos equipos nos remota a un 6 de Junio de 1920 donde Vélez venció por 5 a 0 a Ferro en el marco de la decimotercera fecha del Campeonato de Primera División de Argentina, en ese entonces amateur. Desde ese entonces ambos equipos fueron rivales sin igual, cada partido se jugaba como un verdadero clásico. A pesar de ello, desde hace ya dos décadas este partido empezó a desvalorizarse.

En el año 1968 Vélez ya ganaba su primer título a nivel local, el torneo Nacional de ese año. River Plate, Racing Club y Vélez Sarsfield definieron dicho torneo mediante un triangular ya que habían finalizado la fase regular con la misma cantidad de puntos. Así todo, Ferro no se achicó y lo superó a nivel campeonatos tras obtener el Nacional de 1982 y 1984. Luego vino la década del '90 en la que Vélez fue campeón de todo, desde lograr un bicampeonato a nivel local (Apertura 1995, Clausura 1996) hasta ganar las grandes competiciones internacionales como la Copa Libertadores (1994), Copa Interamericana (1996), Supercopa (1996), Recopa (1997) y Copa Intercontinental (1994). Anterior a esto, en 1993, el conjunto velezano había logrado su segundo título en el país, Torneo Clausura. Ganando este último torneo en 1998, Vélez cerró una década impecable. Mientras dicho club ganaba todo esto, Ferro luchaba por permanecer en Primera División. El verdolaga cayó en una crisis institucional de la cual nunca más logró levantarse. Estas situaciones diferentes llevaron a que el clásico de a poco se vaya desvalorizando. El 26 de Noviembre de 1999 trascendía en el Diario Olé la siguiente declaración del en ese entonces jugador Christian Bassedas: "Es un partido para no aflojar. Quizás los hinchas grandes lo toman como un clásico, pero para nosotros, con Ferro es un partido más. Tiempo atrás se vivía de otra manera. Ultimamente no fue como un clásico de toda la vida, ahora es más con San Lorenzo o con Argentinos". Ferro descendió a la segunda categoría (Torneo B Nacional) en el año 2000 y nunca más volvió a subir a primera división. Luego, también estuvo merodeando por tercera (Primera B Metropolitana). A pesar de ello, pudo retornar rápidamente a la segunda división pero nunca pudo volver a la máxima. Todo esto lleva a esta última interpretación: desde el Torneo Clausura 2000 que Vélez y Ferro no se ven la caras.
Es una pena que clubes que no sólo han tenido una riquísima historia en Primera, sino que también han ganado títulos estén hoy en esta situación. Es una pena también que grandes jugadores, como Bassedas, desprestigien un clásico de esa manera. Desprestigiar a un partido clásico es desprestigiar también a tu archirrival. Frente a estas adversidades el último partido que tuvimos para ver como "clásico de Vélez" fue cuando se enfrentó con Nueva Chicago en el Torneo Clausura 2007. Chicago es otro club que está cerca de Vélez . Sin embargo, Chicago no es Ferro, ni Ferro es Chicago. Ninguno es mejor ni peor que el otro, ni ninguno es mejor ni peor que Vélez. Ojalá que Ferro pueda volver pronto a Primera para poder volver a ver este tipo de partidos.

Haciendo números:

Oficialmente Ferro y Vélez se enfrentaron en 140 oportunidades, de las cuales 54 fueron victorias del equipo velezano, mientras que Ferro ganó 44 veces. Los restantes 42 encuentros resultaron empates. El mejor resultado a favor de Vélez fue un 7 a 0 en 1935 jugando de local, mientras que Ferro consiguió un mejor resultado en 1974 tras llevarse el clásico por un 4 a 1 jugando en su cancha también.